Cristaloterapia es una técnica estudiada y utilizada desde la antigüedad. Se encuentran rastros de ella entre los sumerios, los egipcios, los chinos y los mayas. Muchos pueblos tienen una rica tradición oral de antiguas costumbres terapéuticas relacionadas con cristales y piedras.
Los chakras que vimos en elArtículo anteriorRealizar, en nuestro cuerpo, tres funciones:
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Atraen energía vital del entorno circundante
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Filtran la energía
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Eliminan las energías agotadas
El uso de los cristales correctos, las fuentes de energía, nos permiten intercambiar energías con el cuerpo para promover nuestro equilibrio.
En este intercambio de energía, el cristal da y al mismo tiempo absorbe. Por esta razón, de vez en cuando, es necesario purificar y recargar el cristal, para que no pierda su efectividad.
Puedes elegir la técnica de purificación que sientas más afín a tus prácticas y rituales.
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La purificación con agua es la más simple: simplemente coloque el cristal bajo agua corriente, siempre que esté frío. Solía hacerse con agua de un río o arroyo, ¡pero solo hay que abrir el grifo para obtener el mismo efecto! NB: Siempre se recomienda verificar las especificaciones del cristal para evitar dañarlo. Por ejemplo, para la hematita, y, en general, para los cristales que contienen hierro o cobre, esta práctica no se recomienda, ya que podría dañar la piedra.
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La purificación con sal es una alternativa viable al agua. Elija un recipiente de vidrio o madera, cree una capa de sal, coloque la piedra, mejor si está envuelta en un paño de algodón para evitar reacciones corrosivas, y cubra todo con más sal. Puedes dejar tu piedra así toda la noche y al día siguiente tirar la sal.
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La purificación con el humo del incienso o, mejor aún, del White Sage, se origina en las tradiciones de algunos pueblos indígenas americanos.
Después de la purificación, la piedra pierde todas las energías negativas que había absorbido y se vacía. ¡Ahora es el momento de recargarlo!
NB: también para recargas siempre es bueno verificar las características de su piedra para proteger sus propiedades y sus poderes.
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Carga con energía solar o lunar, dejando el cristal a la luz todo el día o toda la noche. Lo mejor es evitar dejar los cristales más claros bajo el sol, como el cuarzo, porque tienden a cambiar de color y sus propiedades se ven afectadas.
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Carga con nieve, colocando la piedra sobre una superficie nevada para enfatizar la carga solar o lunar.
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Recarga con la tierra, colocando el cristal en un agujero en el suelo al pie de un árbol (¡o, alternativamente, en la maceta de una planta de interior si vives en la ciudad!). Coloque la piedra cerca de las raíces durante dos o tres días.
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Recarga con cristales, colocando la piedra dentro de una geoda o drusa en Amatista o Cristal de Roca durante toda la noche. Esta es la técnica más simple y efectiva.
- Recargue con la campana tibetana, tocándola cerca de los cristales colocados junto a un Palo Santo e incienso.
- Recarga con flores y plantas, aprovechando los períodos de floración. Coloca tus cristales cerca de las flores y deja que la energía del renacimiento los recargue.
Puedes volver a usar la piedra o usarla en tus meditaciones.
¡A partir del próximo artículo, veremos juntos qué piedra es la adecuada para usted!
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